Elemento

Historia y Patrimonio

Historia

Matabuena es un pequeño pueblo perteneciente a la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza.

Tradicionalmente, la actividad de esta región ha estado ligada a la ganadería y la producción agrícola al ser sus tierras ricas en pastos. Por el término municipal atraviesa la Cañada Real Soriana Occidental, por la cual pasaba el ganado trashumante cada año proveniente de la provincia de Soria y en dirección a tierras extremeñas.

Panorámica de Matabuena

Al Norte tenemos Pedraza, pueblo medieval y centro de la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza, a la cual pertenece Matabuena, que por referencias históricas podía ser una aldea dependiente de la Villa.

Los habitantes de estos poblados eran los encargados de preservar los montes y organizar las monterías que se llevaban a cabo por los señores de la Villa cuando acudían a cazar.

Esta zona era muy apropiada para el hábitat de especies tan variadas como el oso,  el jabalí  o el corzo entre otros, gracias a la espesa vegetación que por entonces poblaba el término conocido como Matabuesa, hoy llamado  Matabuena.

 

No sabemos con exactitud a que época se remonta la historia del pueblo. Algunos historiadores - remitiéndonos a la aparición de una cueva en el pueblo - nos indican que ya hubo pobladores en la edad del bronce, unos dos mil años antes de Jesucristo.

 

Robles centenarios que aún perduran

 

Por los datos recogidos en una exhaustiva investigación de estas zonas por el escritor y poeta Luis Mínguez "Orejanilla" - ya desaparecido -  y que podemos ver en el libro "Orejana Historia de un Pueblo" comprobamos cómo estas tierras estuvieron pobladas por los celtíberos. Un pueblo dedicado más al pastoreo que a la agricultura, debido a la orografía del terreno, siendo más apropiado para pastos que para cereales.

Aunque se cree que los primeros habitantes verdaderamente conocidos en Pedraza y las localidades de sus alrededores – Matabuena entre ellas - fueron los arévacos, hasta la llegada de los romanos. Los arévacos eran un pueblo noble y valiente consagrado principalmente a la ganadería.

       Después de los arévacos allá por el año 96 - antes de Cristo – tuvo lugar la invasión de los romanos, por lo que es de suponer que estas tierras también estuvieran pobladas por ellos, aunque en el pueblo no tengamos vestigios muy conocidos de su paso por aquí

Respecto a las aldeas que rodean Pedraza, se deduce que fueron núcleos de pequeña importancia, sacudidas por fuertes sequías y trágicas epidemias, a consecuencia de esto mucha gente huía de los poblados y se refugiaban en cuevas. De ahí la aparición  en muchas de ellas, de signos de haber sido habitadas.

              Con la llegada de los romanos se empezaron a construir casas de labor, tal como las conocemos hoy, alrededor de las cuales ejercían los trabajos agrarios. Después se fueron ampliando con el tiempo según el poder económico, creándose de esta forma los núcleos urbanos.

             Las construcciones que hacían para vivienda eran de forma rectangular, con cimientos de piedra, las paredes de adobe y los tejados de la casa eran de tejas colocadas  boca arriba – llamados canales -en hiladas sencillas. Esta teja se hacía de arcilla. Era un trabajo manual que se llevaba a cabo en los meses de primavera y verano, principalmente porque se trabajaba al aire libre

Casas de Matabuena cubiertas con tejas antiguas

 

    El procedimiento más usual para hacer la teja consistía en amasar la arcilla con los pies hasta conseguir una masa homogénea. Luego se le daba forma con unos moldes y se la dejaba secar al sol durante unos días. Después se cocían en el horno hasta que el tejero entendía que ya había adquirido el color y la rigidez necesaria.

 

     En Matabuena, según algunas informaciones, existió la tejera del tío Aniceto que estaba ubicada en el paraje llamado la Tejera, muy cerca de la Peña del Castillejo, ya desaparecida, de la que apenas queda algún  vestigio.

     En la actualidad todavía quedan en el pueblo algunas casas que conservan las paredes de adobe. No podemos decir que sean tan antiguas, como para pertenecer a la era de los romanos, pero sí que guardan similitud con la idea de aquellas primitivas construcciones. Actualmente lo que se hace es sustituir la teja antigua por tejas más planas; las paredes se hacen de piedra y el adobe se cambia  por el ladrillo.

En el siglo X Segovia fue ocupada por los musulmanes y es en el año 904 cuando aparece el nombre de Pedraza en el "Voto de San Millán" que es el documento más antiguo e importante que tenemos para el conocimiento de estas poblaciones.

       En el año 940 Fernán González conquista Pedraza y todas sus aldeas y se convierte en el primer conde de Castilla.

Más tarde todas estas tierras se las concede a su hijo García Fernández,  heredándolas después su descendiente, el infante Diego González. Posteriormente se supone que pasaron a la familia  Lara.

La leyenda de los Infantes de Lara, cuyo testimonio más antiguo que se tiene, figura en la versión ampliada de la historia de España compuesta durante el reinado de Sancho IV de Castilla antes del año mil doscientos ochenta y nueve,  editada después por D. Ramón Menéndez Pidal.

La historia de los Siete Infantes comienza cuando los  hijos de Gonzalo Gustios asisten a la boda de su tío Rodrigo de Lara en Burgos. Durante la fiesta, la novia se siente agraviada por los infantes y Rodrigo promete venganza.

      Se cree que esta historia está ligada al Barrio de Cañicosa. Y que de aquí salieron camino de la Iglesia de Ntrª. Srª. de las Vegas.

 

Puente de piedra sobre el Río Vadillo

       Pasaron por el monte de Cañicosa, cruzaron el río Vadillo por un puente de grandes losas de piedra apoyadas en fuertes pilares, también de piedra. Puente que, a pesar de los avatares del tiempo, todavía existe

Después de caminar largo rato, cruzaron  el Monte Medina hasta llegar al río Cega. Entre el monte y el río es donde se supone que sufrieron una emboscada por las tropas de su tío Ruy Velázquez. Los Infantes fueron capturados y decapitados por los moros, quienes enviaron las cabezas a su padre que había sido hecho prisionero en la corte de Almanzor. Allí, Gonzalo Gustios tuvo otro hijo con una mora, llamado  Mudarra, quien después venga la muerte de sus hermanastros, matando a su tío Ruy Velázquez.

         Han sido muchos los escritores y poetas que han escrito y recitado romances sobre esta leyenda: entre ellos está el escritor segoviano D. Tomas Calleja Guijarro.

           Según su comentario, la leyenda de los Infantes de Lara estaba vinculada casi en su totalidad a las tierras sorianas. Pero entre las gentes – sobre todo ancianos – de los lugares más cercanos a la Iglesia de las Vegas hay una creencia arraigada de que los Infantes de Lara fueron bautizados en esta Iglesia.

Iglesia de las Vegas

 

 

Esto resulta un poco extraño – dice D. Tomas – ya que el templo, en su arquitectura actual es posterior a la época de los infantes.

       Sigue diciendo, que no hay que tomar en consideración estas afirmaciones: pero sin embargo algo de cierto puede haber en la relación de estos lugares con la leyenda.

 

       Hay una serie de topónimos que tienen un entronque directo con los que aparecen en la leyenda como son Cañicosa, Barbadillo, - que pudo ser el nombre originario de lo que conocemos por Colladillo,  donde se supone que se fraguó la traición de los Infantes – y otros datos de interés.

       Según algunas teorías, los Infantes no fueron bautizados en la Iglesia de las Vegas, pero sí pudieron haber muerto e  incluso  ser enterrados. Pues allí aparecieron  unos cadáveres en las obras que se hicieron en el templo para su restauración - concretamente dentro de la iglesia donde está el atrio - fue una serie de esqueletos decapitados.

Y ya se sabe que a los Infantes los decapitaron para enviar sus cabezas a Almanzor. Por supuesto que no se puede aventurar nada, porque antes de que intervinieran los arqueólogos, algunos de esos sepulcros quedaron destuidos.

     Calle Real de Cañicosa, año 1983

 

La leyenda de los siete Infantes de Lara ha sido objeto de varios Monasterios e Iglesias por atribuirse la autenticidad de sus reliquias con el fin de tener un reclamo turístico y aumentar sus recursos económicos.

Como ejemplo podemos ver que los sarcófagos que se encuentran en el Monasterio de San Millán de Suso, dicen que es donde se guardan sus cuerpos.

También el Monasterio de San Pedro de Arlanza dice tener los restos de los Infantes. La Iglesia de Santa María de Salas de los Infantes afirma guardar sus cabezas, exhibiendo durante muchos años siete cráneos, asegurando que eran los de los siete hermanos.

Por todo lo expuesto no podemos desechar la idea de que esta historia tenga que ver con Matabuena y su barrio de Cañicosa e incluso Colladillo también aparece en algún documento.

Todos estos datos guardan relación con lo que se cuenta de tierras Sorianas. Por el mismo motivo también nosotros debemos reivindicar y hacer nuestra esta  leyenda.

En Matabuena como en tantos otros pueblos han ido desapareciendo oficios como el herrero, el santero, el tejero, el molinero, el panadero, el zapatero, el pastor... Se han ido perdiendo, desgraciadamente.

La época de la siega y la trilla, la recolección del lino, y un sinfín de actividades a realizar, eran todas necesarias para la vida de un pequeño

Antiguo horno de cocer el pan

pueblo en unos tiempos donde la mayoría de España era rural. No había comodidades, pero la vida se vivía de una manera saludable y tranquila. El éxodo a las ciudades que acompañó la modernización del país provocó que los pueblos se fueran quedando cada vez más deshabitados. Afortunadamente, todavía hay gente que vive habitualmente en la zona, y muchos han encontrado en el turismo una nueva forma de ganarse la vida. Matabuena se localiza en un lugar estratégico, cerca de Pedraza, Prádena, Segovia, Sepúlveda, y el Parque Natural de las Hoces del Río Duratón.

 

Edificio y patios del Ayuntamiento en el centro del  Pueblo

En la actualidad, Matabuena tiene una extensión de 21,42 km2 y cuenta con dos pequeños barrios: Matamala al este y Cañicosa al norte. Su núcleo urbano se organiza en torno a la plaza de la Iglesia y el Ayuntamiento. Cuenta con un colegio (ahora en desuso), un parque infantil, un centro para la tercera edad, un bar (más otro existente en el barrio de Cañicosa), y una parada de autobús. La población crece considerablemente en verano debido al turismo, y a las familias que se reúnen en vacaciones y fiestas.

El agua ha sido, y todavía es, de gran importancia en el lugar: se cuentan 5 fuentes repartidas una en cada barrio y dos en el núcleo principal de Matabuena. En la zona se dice que su agua es limpia y de excelente calidad, por lo que vecinos de otros pueblos vienen en ocasiones a beber y llenar las garrafas para llevar a sus casas.

 

 

La Fuente de Matamala fue construida en 1934,  y su manantial se encuentra en el cercano prado de las Fuentecillas

PATRIMONIO

- Cueva de la Fuente Buena: fue descubierta en 2003 al hacer las obras para el frontón del pueblo. Un equipo de arqueólogos ha estado estudiándola durante los útlimos años.

Al realizar las excavaciones se descubrió una zona ocupada durante la Edad del Bronce, y un espacio en el interior cuya función fue religiosa, ya fuera de culto o funeraria. Las excavaciones continuaron hasta 2010 y se documentaron distintas estructuras relacionadas con yacimientos próximos, como la Cueva de los Enebralejos (localizada en Prádena, a 7 km) y la Vaquera (también en la provincia de Segovia) y Cueva Maja, en la provincia de Soria. 

Su uso más reciente, conocido gracias a inscripciones, se remonta a los siglos XVI y XVII, cuando parece ser que la cueva se tapó.

La dificultad para acceder a ella no hace posible la apertura al público, aunque se está trabajando en la posibilidad de ofrecer visitas virtuales para poder conocerla.

Hay más información en la siguiente noticia:
http://www.europapress.es/castilla-y-leon/noticia-cueva-segoviana-fuente-buena-grabados-rupestres-podran-visitarse-forma-virtual-20150527172518.htm
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Nave central de la Iglesia de San Cristóbal

 

 

- La Iglesia de San Cristóbal: construida entre 1626-1656 sobre una iglesia románica de la que se conserva la portada. Tiene tres naves, una pila bautismal grande, y pinturas e imágenes de los santos.

 

 - Ermita del Santo Cristo de la Columna: se encuentra en el cementerio, y es un edificio de estilo neoclásico del año 1617.

 

 - Ermita de San Martín: está emplazada en el barrio de Cañicosa. En la peana de la cruz de la fachada se lee el año 1794.

 

 - Ermita de Santa Bárbara, de San Juan o San Esteban: se localizaba en el barrio de Matamala. No se tiene muy claro a quién estuvo realmente dedicada.

Se encuentran también por el término municipal vestigios de otras ermitas y de poblados existentes en el pasado.

 

Fuente San Pedro

Fuentes: en el municipio existen varias fuentes distribuidas por todos los barrios.

La fuente de la plaza central, Fuente San Pedro, data de 1951. Su agua proviene del manantial que nace al lado de la Peña del Castillejo. Es muy apreciada por los vecinos del pueblo. También son muchos los viandantes de otros lugares que se acercan a llenar sus vasijas de estas formidables aguas.

 

 

Fuente de Cañicosa

La fuente de Cañicosa data de 1933. Su agua proviene del Prado de la Tolla. Su construcción fue durante la República. Los vecinos colaboraron con una suscrición popular y el alcalde, Juan de Diego, mandó hacer una inscripción que decía "Construcción de la República". Esta fue posteriormente picada durante el alzamiento franquista, en 1936, y el alcalde fue apresado.

 

 - Cruz de las Reliquias: es el punto más alto de Matabuena y cada 1 de mayo se celebra la fiesta religiosa de la Cruz, donde los/las vecinos/as del pueblo suben en romería sonando la dulzaina (instrumento de viento común en los pueblos castellanos) 

"Romeria a la Cruz de las Reliquias"

Después se reúnen en la pradera para celebrar una gran comida campestre. La cruz ha sido renovada en algunas ocasiones, pero la original estaba hecha de madera de sabina (llamada enebro localmente), árbol típico de estas tierras.

"Museo  del  Molino de Matamala"

 - Los molinos: había en Matabuena 2 molinos a mediados del siglo XVIII y principios del XIX: el Molino de Arriba y el Molino de Abajo (que estuvo funcionando hasta la década de los 70 del siglo pasado y fue conocido como el molino del Habanero). De este se conservan las paredes en pie, pero del Molino de Arriba apenas quedan algunos vestigios. En 2002, se inauguró en Matamala el Museo del Molino, donde se presentan las piezas y maquinaria usada y se explica cómo era su funcionamiento. Desgraciadamente, el museo no se encuentra actualmente abierto al público.  

 

"Edificio de la Fragua"

La fragua: el edificio de la última fragua del pueblo ya no se utiliza como tal, pero en su época, hasta mediados del siglo XX, estos locales y la figura del herrador eran de primera necesidad en las zonas rurales.

 

 Asociados al oficio del herrero se encuentran los potros de herrar, cuyos pilares eran de piedra y es lo que mejor se conserva en nuestros días. Había varios por el pueblo, pero en la actualidad solo queda uno al lado de la calle principal.

 

"Potro de herrar, recién restaurado"